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jueves, 31 de julio de 2008

Ya llegan las vacaciones


Todos los años estamos deseando ansiosamente que lleguen estas fechas para irnos de vacaciones.

Para mi este año va a ser diferente porque estaba acostumbrada a hacer un viaje de una semana a algún lugar de la costa, bien a las islas (Canarias o Baleares) o al sur (Andalucía) y este verano no va a poder ser.

De momento nos tendremos que conformar con unas vacaciones en el Pirineo (que no es poco) Seguramente serán quince días en casa de los abuelos disfrutando de la familia, del nene y de la tranquilidad de la zona.

Cada vez hay menos tranquilidad debido al turismo, pero aún se puede estar bastante tranquilo si conoces la zona y sabes dónde ir.

Desde luego si buscas paz y tranquilidad no te vayas a ninguno de los centros turísticos por excelencia. Una buena alternativa es alojarte en un pueblo cercano donde estés más tranquilo y si un día te apetece ver gente y el jaleo, pues te vas al centro turístico a pasar el día o la tarde.
Por suerte, el sitio donde voy es de los que comentaba, es aún bastante tranquilo. Hay turismo, pero no es una cosa exagerada. Además está cerca de un sitio muy turístico, por lo que si quiero agobiarme un rato y ver gente me puedo ir allí.

Espero a la vuelta poder poner unas cuantas fotos bonitas de algún recorrido que hagamos por el Pirineo. Siempre que el tiempo y el nene nos lo permitan.

Por el momento se acabó la playa y daré paso a la piscina y a l río. Ayer fuimos por la tarde a la playa como despedida al menos por unos días. Hacía mucho calor y había mucha gente, pero mereció la pena. El agua estaba buenísima y nos pudimos relajar casi como si estuviéramos de vacaciones.

Eso es una de las cosas que me gustan de vivir aquí: poder ir a la playa por la tarde y pensar que estoy de vacaciones.

No sé cuántos de vosotros estáis aún por aquí y no habéis salido ya para vuestros destinos vacacionales. Yo me despido por unos días. Mañana estaré aquí y haré la despedida oficial.
La imagen es de Isaro.com, yo tengo alguna hecha más o menos desde el mismo sitio, pero no tengo las fotos aquí, así que la he cogido prestada. Es el embalse de Búbal, un sitio precioso.

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miércoles, 23 de julio de 2008

Un día cualquiera


Salgo del portal de mi casa después de hacer mi ración diaria de pesas bajando tres pisos en brazos a mi bebé y bajando los dos tramos de escalones del portal con silla y bebé a pulso. Así no se necesita gimnasio.

Hoy no hay ningún coche ni moto en la acera, menos mal. Puedo seguir mi camino sin que nadie me estorbe.

Al doblar la esquina me encuentro a la señora del perro de todos los días. Lleva el pelo a lo Rosa María Calaf pero a la inversa y en cutre. Lleva el pelo amarillo y un mechón más oscuro, pero no lo lleva en el flequillo sino en un lado. Pasea a su perro como todos los días, pero en realidad se podría decir que pasean cada uno por su cuenta porque el perro con su correa extensible va por donde quiere. Sólo les faltaría ir cada uno por una acera para total independencia. Tengo que esquivarlos a los dos y tener cuidado porque la correa está de lado a lado de la acera y me puedo enganchar con ella.

Ahora llego a la puerta del bazar chino. Rectifico, de uno de los bazares chinos, porque mira que hay bazares de esos en mi barrio. He perdido la cuenta de cuántos han abierto. Un chino joven está en la puerta. Es un chino gordito. Me quedo pensando. La mayoría de los chinos que veo a diario son delgados, algunos se podría decir que son flacos. Me extraña ver a un chino gordito.

Todas las señoras mayores que me cruzo miran a mi hijo. Algunas chicas jóvenes también. El nene va hablando solo, cualquiera lo entiende. Cuando alguna chica le dice algo él contesta “EHH, EHH”. Ya va ligando, tan pequeño que es y ya conquistando chicas en la calle.

No sé porqué los bebés ejercen esa atracción sobre todo en las señoras mayores. Será porque les recuerdan a sus nietos o piensan en cuando ellas eran más jóvenes y paseaban a sus hijos.

Tanto pensar en mis cosas se me ha pasado el tiempo volando y ya llevo buen rato paseando. Ya he pasado por delante de la panadería, la farmacia (donde he comprado un gel para las encías de mi niño para que no le molesten los dientecitos que le están saliendo), la oficina de La Caixa, la frutería y un par más de bazares chinos.

Ya he tenido que esquivar varias cacas de perro, aunque desde que dicen que ponen multas más grandes creo que hay menos. También he pasado por al lado del quiosco, y he tenido que correr al llegar a la segunda fila de contenedores de basura para no asfixiarme con el olor. Desde que recogen la basura orgánica a parte, no hay quién lo soporte. El olor es indescriptible.

Ya he cogido el camino de vuelta, mi barrio se recorre pronto. Veo los escaparates de las agencias de viaje. Otra cosa que abunda en mi barrio, las agencias de viajes y las peluquerías. Este año no tengo que mirar viajes, así que no me paro porque me da envidia.

Cuántas inmobiliarias han cerrado. Antes en cada local que quedaba libra abrían una, ahora todas tienen el cartel de “Se alquila local”. Sólo se han salvado un par de ellas.

El carnicero sale por la puerta, lleva el delantal sucio. Siempre se pasea por la calle con la ropa sucia de cortar carne. Nunca lo he visto con el uniforme recién lavado. Supongo que habrá que verlo el lunes por la mañana, pero vamos, que estamos a martes y ya lo lleva pero perdido de manchas.

Otro bazar chino. Si ya os he dicho, que no sé ni cuántos hay en mi barrio. ¿De verdad les da para vivir a todos de esto? Si todos venden más o menos lo mismo. Además siempre ocupan locales enormes que les deben costar un alquiler carísimo. No lo entiendo, pero el negocio funciona porque cada vez abren más.

Qué bien, he conseguido llegar de nuevo a la esquina de mi calle y el viejo verde no se ve por ningún sitio. Hoy me libro de sus comentarios desagradables y de ponerme de mal humor.

Otra vez a salvar los escalones del portal con la silla a cuestas, lo que daría por un ascensor hasta pie de calle. De todas formas la silla se queda en el portal, ya la subirá luego mi marido. Cargo de nuevo con mi hijo por las escaleras y por fin llego a mi casa.

La imagen es de estudio36.com

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martes, 22 de julio de 2008

Somos malas personas


Esa debió ser la impresión con la que se quedaron todos los que pudieran presenciar ayer la escena acaecida al lado del portal de mi casa el domingo por la tarde.

Como casi todos los domingos, volvíamos de nuestro paseo con nuestro peque sentado en su silla y para poder entrar en el portal de nuestra casa nos tuvimos que bajar con la silla de la acera y pasar por la calzada porque encima de la acera había un BMW.

Mi marido, como estamos ya bastante cansados de que nos pase lo mismo muchos fines de semana, no pudo evitar llamar la atención al dueño del coche que en ese momento se disponía a ayudar a salir al abuelo del vehículo.

Por eso digo que debimos parecer malas personas, ahí echándole la bronca al del coche que había parado a dejar al abuelete delante de la puerta de la residencia de ancianos.

Pero lo que no sabían los posibles testigos del incidente es que casi todos los fines de semana hacen lo mismo: llegan, dejan el coche en la cera, bajan al abuelo y dejan el coche toda la tarde encima de la acera mientras ellos se pasean por la calle con el abuelete o hacen lo que sea por ahí.

El lugar natural de aparcamiento de ese vehículo los domingos por la tarde es encima de la acera al lado del portal de mi casa y eso cuando tienes que entrar y salir con una silla con un niño toca bastante las narices.

No me importa que paren ahí a dejar al abuelo, no soy tan mala persona, lo que no soporto es que dejen ahí el coche toda la tarde en plan cacique.

Todos los de esa zona de la calle usamos las aceras para carga y descarga porque la calle es de un solo carril y no puedes dejar el coche en medio. Lo que no hacemos los demás es dejar el coche aparcado toda la tarde ahí. Eso sólo lo hacen los del BMW y otros con un Opel Astra en la acera de enfrente.

Yo no dije nada, no quise intervenir en el incidente. Más que nada porque si llego a decir algo aún hubiera sido peor porque al abuelo le tengo ganas ya. Es un señor (por llamarlo de forma educada) que se pasa el día de paseo por debajo de mi casa y que cada vez que salgo me tengo que oír alguna barbaridad sobre ciertas partes de mi anatomía.

Además le daba igual que estuviera embarazada o ahora que voy con mi bebé, el viejo verde a lo suyo. Tampoco hace falta ser joven ni ser nada del otro mundo, le da igual joven que vieja, guapa que fea, gorda que flaca, para todas tiene comentario el muy guarro.

Si no vives ahí supongo que te da igual porque a lo mejor te lo encuentras una vez al mes, pero yo lo he estado aguantando a diario durante mucho tiempo cada vez que salgo de casa. Si puedo me cambio de acera pero a veces me lo encuentro en la puerta de casa.

Supongo que la cosa no quedará así, porque mi marido se quedó con las ganas de decirles algo más. Aún salieron unas mujeres de la residencia que tuvieron la cara dura de contestar como si ellos tuvieran más derecho que nadie a estar encima de la acera.

Así es la gente, así es el incivismo, cada uno a hacer las cosas como le resulta más cómodo sin preocuparse de si molestan a nadie.

En el camino desde mi casa hasta el centro de salud (que está al final de la calle) siempre me tengo que cambiar de acera tres o cuatro veces para ir esquivando los coches que hay aparcados encima de las aceras.

Siempre pienso en una chica que conozco que vive al final de la calle y va en una silla de ruedas. No sé cómo se lo monta, porque yo con la silla puedo subir y bajar bordillos en cualquier sitio si lo necesito, pero ella no.

Lo dicho, lo que nos hace falta es un poco más de civismo y menos cara dura.

Desde aquí quiero hacer un llamamiento para la eliminación de barreras arquitectónicas y para que nuestro incivismo no haga aún más difícil la situación de personas con movilidad reducida.

La imagen es de www.colectivosolano.org

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lunes, 21 de julio de 2008

Los primeros dientes


Este fin de semana ha descubierto que al nene le están saliendo sus primeros dientes. Lleva desde que tenía dos meses babeando a tope, por eso no había hecho mucho caso de sus babeos, porque son algo normal.

Llevaba un par de días que lo veía morder todo con más afición. Siempre se pone todo en la boca, pero antes sólo se dedicaba a chupetear. Ahora muerde y con saña.

Por eso al final pensé ¿y si le están saliendo los dientes? Lo miré, pasando el dedo por la encía, y allí están. Hay un dientecito asomando en la parte de abajo y otro que no tardará mucho en asomar.

¡Me hizo una ilusión! Es una tontería, los dientes han de salir y es algo normal y natural, pero a mi me da la tonta sensación de que mi hijo se hace mayor ¡Si ya le salen los dientes!

Es un gran paso para un niño empezar a tener sus dientecitos. Eso le motivará pasar de tomar alimentos líquidos o muy triturados a conocer otras texturas a la hora de comer.

Cada pequeño paso que da un bebé es un gran avance. Los padres estamos ansiosos por ver cada uno de sus pequeños progresos.

Ahora está empezando a sostenerse sentado, apoya sus manitas y se sujeta como una personita en pequeño. Eso sí, si pierde la concentración o levanta una mano para coger un juguete se tambalea y cae de lado.

Pronto espero que empiece a tomar sus papillas de verduras y de verduras con pollo o pescado. Espero que a los seis meses ya me diga el pediatra que empecemos con los nuevos sabores.

De momento la fruta, que dicen que es lo peor, le gusta y se la come muy bien. Todo lo que sea comer a él le encanta, es un glotón este niño.

Bueno, ya he tenido mi ración semanal de babeo de madre, espero no aburriros demasiado con el tema.

La foto me ha encantado y no me he podido resistir a cogerla prestada.

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jueves, 17 de julio de 2008

No hay mal que por bien no venga


En realidad no es que sea una de mis frases favoritas, porque en mi opinión lleva implícito un sentimiento de resignación, pero por desgracia últimamente la estoy empleando bastante.

Es la frase que uso cuando lo explico a alguien que mi marido no tiene trabajo. Como está en el paro, así puede cuidar de nuestro hijo: ¡No hay mal que por bien no venga!

Ahora también la voy a aplicar a otra cosa de menos importancia. La avería en el servicio de Internet que desde hace 9 días Orange no me está solucionando ha motivado que yo me informe sobre un montón de cosas sobre ADSL, conexiones y demás. He aprendido muchísimo. ¡No hay mal que por bien no venga!

Os cuento todo lo que he aprendido, aunque esto haga que conozcáis hasta donde llega mi ignorancia en estos temas.

He aprendido lo que son los servidores DNS. No sabía que detrás de estas siglas están los servidores que traducen los nombres de las páginas de Internet a IP’s para que podamos navegar con facilidad sin tener que sabernos los numeritos de los IP’s de cada sitio de Internet.

He aprendido como configurar en mi PC para que coja los DNS de otra compañía de Internet que no sea la mía por si estos fallan.

También he aprendido a configurar una IP fija y me he enterado de que la puerta de enlace es lo que hace que mi PC se pueda conectar a Internet, por lo que debo tener configurado como puerta de enlace mi router.

También he descubierto que las siglas DHCP pertenecen a lo que asigna las direcciones IP a los equipos para la conexión a Internet

Con toda la información que he obtenido estos días entre el blog, foros de Internet y algún operador del 902 (uno de cada diez me ha explicado algo útil), he aprendido a averiguar si el fallo está o no en mi PC o en mi router.

Me he hartado de abrir la configuración del TCP/IP en el panel de control y mirar y cambiar cosas para probar. También he estado haciendo “ping” en el telnet para comprobar si me conectaba o no y si obtenía o no respuesta.

El comando “ping” ya lo conocía, pero nunca lo había aplicado en el ámbito doméstico para temas de Internet.

La conclusión es que el fallo es de ellos, yo lo tengo todo bien configurado.

La última novedad es que por lo que parece el servidor me rechaza el usuario y contraseña al intentar conectar a pesar de que en el router tengo bien configurado el usuario y contraseña.
Os mantendré informados, de momento tengo una reclamación que he puesto esta mañana y una petición urgente al servicio técnico para que lo resuelvan de una vez. No tengo ninguna esperanza de conseguir nada.

La imagen es de kk.org

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miércoles, 16 de julio de 2008

Tormenta en la cabeza


Creo que es la frase que mejor define como me encuentro el día de hoy. Es curioso cómo funciona la mente humana y uno puede pasar de un estado de felicidad a uno de preocupación en sólo unas horas.

Además es que lo que me preocupa son cosas sin importancia. Pero es un cúmulo de cosas sin importancia que hacen que pueda tener la mente tranquila ni un momento. Estoy todo el rato dándole vueltas a cosas que tengo pendientes y no se resuelven.

Lo primero que me preocupa es un tema del trabajo. Aquello que os dije que os explicaría, que aún está igual, sin saber lo que va a pasar. De todas formas no debo preocuparme porque mi puesto de trabajo no depende de lo que pase, ocurra lo que ocurra yo tengo mi puesto bien sea en este o en otro proyecto. Sin problemas.

Lo segundo que tengo en mente es el problema con Orange. Es una tontería, no necesito Internet para vivir ¿O sí? Pero esta situación me genera estrés. Me siento impotente ante un servicio de atención al cliente que no sabe decirme nada nuevo después de una semana.

En tercer lugar estoy preocupada por un tema de dinero. Necesito un papel de mi empresa para que la seguridad social me pague un dinero que me debe, pero lo que me han calculado no me cuadra y estoy tratando de solucionarlo.

Además de todo esto hay varios temas más que también me preocupan. Tengo que llamar a la guardería para ir a formalizar la matrícula. Esta tarde tengo dentista, la semana que viene médico y la siguiente otra vez dentista. He de comprar un regalo a mi sobrina que ha cumplido años. Mi marido está con un dolor de espalda de un tirón que le dio ayer.

A parte de todo esto, estoy tan ñoña que no haría otra cosa que mirar fotos de mi hijo mientras no estoy con él.

Ya veis que no es nada importante, todo pequeñas cosas, pero todas juntas hacen que mi cabeza no pare. Por eso tengo la cabeza como si en ella hubiera una tormenta.

La imagen es de virtuxweb.com

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martes, 15 de julio de 2008

El amor de madre

Todo el mundo me lo decía, no se sabe lo que se quiere a un hijo hasta que se tiene. Es una frase hecha, lo sé, pero es una gran verdad.

Yo la matizaría, porque no es exactamente hasta que se tiene, sino que es algo que va creciendo desde que tu hijo nace y cada día lo quieres más y más.

Estoy encandilada con mi bebé, no paro de hacerle fotos y de contemplarlas cuando no estoy con él. Es algo tan increíble que no se puede expresar con palabras.

Desde que nació mi hijo estoy en uno de los mejores momentos. Cuando era recién nacido estaba demasiado agobiada con sus lloros como para poder disfrutar de nada. Sin embargo ahora es otra cosa.

Sigue siendo un bebé protestón y llorón, pero cada vez que me sonríe me deshago. Estoy pendiente de cada monería nueva que hace y de cada gorgorito nuevo que aprende.

Espero me perdonéis este momento de exaltación de la maternidad y no me critiquéis por empalagosa.

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lunes, 14 de julio de 2008

Llevo casi una semana sin Internet

Sólo de pensar en este asunto ya me pongo de mal humor, pero al menos si lo explico me desahogo.

Mi proveedor de Internet me tiene frita. Sí frita y requemada. Llevo sin Internet desde el pasado día 8 de Julio y de momento no he conseguido que lo arreglen.

Por cierto, que mi proveedor es Orange. No quiero que os quedéis sin saber quién es el responsable, lo pongo bien clarito. ORANGE me tiene sin Internet desde el 8 de Julio.

Ha sido una cadena de errores y fallos uno detrás de otro desde el día en cuestión.

Todo empezó el 7 de Julio cuando intenté acceder a la cuenta principal de correo que tengo con ellos y no pude. Me decía que la contraseña no era válida. Como no es la primera vez que me pasa pero luego se arregla sólo, no le di importancia. Lo dejé y hasta el día siguiente no volví a probar. El resultado fue el mismo, no pude acceder.

Lo que hice fue llamar al 902012220 de atención al cliente (sí, ese maravilloso servicio de pago que nos pone música durante minutos para que no nos aburramos de esperar a que nos atiendan)

Resulta que le explico lo que me pasa y me dice que mi contraseña es 1234 ¿¿¿¿CÓMO??? ¿¿¿1234??? Me quedé de piedra. Vamos que me habían “reseteado” la contraseña y nadie me había avisado. Lo que hice fue cambiarla enseguida, claro.

Al llegar a casa no me funcionaba Internet. Llamé de nuevo al telefonillo dichoso y me ayudaron a volver a configurar el router. Ya lo sabía hacer yo solita, pero es que no se me ocurrió que fuera por lo de la contraseña. Claro, que me la habían cambiado y debe ir todo ligado y por eso no podía ver Internet.

Bueno, todo arreglado y a navegar. Después de unas horas, volví y vi que no me funcionaba ¡¡otra vez!!

Probé la configuración, lo vi todo correcto, así que llamé ¡¡otra vez!! Me dijeron que había una incidencia en un servidor y por eso no me funcionaba. Era algo general y estaban
Modo Acento mexicano con voz de Aznar ON
“trabajando en ello”
Modo Acento mexicano con voz de Aznar OFF

Me fui a dormir porque eran como las 11 y pico y lo dejé hasta el día siguiente. Por supuesto, al día siguiente seguía sin ir, y al siguiente, y al siguiente…

Bueno, el día 10 llamé para ver cómo iba, si pensaban arreglarlo o qué y me dijeron que la incidencia estaba cerrada ¿¿Cómo que cerrada??? Si no lo han arreglado… Pues nada, a abrir otra. La excusa fue que la incidencia general se había cerrado y la mía con ella también, que ahora me “disociaban” de la incidencia general y así ya me lo arreglarían.

Siguieron pasando días y nada de nada, todos los días llamaba y lo mismo. Estamos trabajando, no sabemos cuándo se va a arreglar y un técnico la llamará. Pero ni lo arreglan ni me llaman y así días y días.

El sábado estaba ya mosqueada y volví a llamar. Me atendió una tía gilipollas que lo único que hizo fue justificar que sólo llevaban 48 horas trabajando, que mi incidencia hasta que no se había disociado de la general pues que no habían empezado a mirarla porque no se podía…

Bueno, que me entró una mala leche con la tía petarda. Tampoco se dignó en comprobar nada, sólo hacer quedar como que yo me quejaba de vicio y ellos trabajaban mucho.

El domingo, o sea ayer llamé por enésima vez. Me atendió una chica muy amable. Hicimos un “ping” a la IP de mi router que respondió correctamente, con lo cual supimos que mi router funciona bien. Yo ya lo sabía pero no está de más que se cercioren.
Después hicimos un “ping” a Google y de los cuatro paquetes enviados llegaron los cuatro y no se perdió ninguno, pero la respuesta fue “Host de destino inaccesible”.
La chica con eso dedujo que sí que tengo acceso a Internet, pero que no me llegan las respuestas porque me va lento. Tienen una incidencia general ¿¿Otra?? en mi servidor, que hace que a todos los que estamos conectados en él nos vaya muy lento.

Vamos, que me volvió a “asociar” a la incidencia general.

Hoy he vuelto a llamar, otro chico muy amable ha corroborado lo que me dijo la chica de ayer, lo único que le extraña es que Google reciba los paquetes con la luz de Internet de mi router apagada. Dice que igual está fundida (casi risa me ha dado… igual tengo internet y no me he enterado porque me me ha fundido la luz…)

También me ha dicho que puedo reclamar a facturación lo que me he gastado en el 902, así que lo pienso hacer una vez que me lo arreglen (si es que eso ocurre algún día)

Vaya rollo os he soltado, pero lo necesitaba, de verdad.

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jueves, 10 de julio de 2008

Especimenes que puedes encontrar en la playa


Como cuando escribí mi serie de entradas sobre “especimenes” tuve bastante aceptación, he pensado en hacer otra entrega ahora fijándome en la gente de las playas.

Es curioso el público variopinto que tienen nuestras playas. Hay de todo un poco.

Papá/mamá plasta con niño/s:

El término papá plasta se lo debo a mi marido que califica con ese nombre a los papás que se pasan el día dando órdenes o consejos a su hijo en plan plasta. Está el pobre niño jugando y ni jugar le deja porque le da instrucciones hasta de cómo debe jugar.

La versión femenina la añado yo. Lo que hace es gritar a su hijo por su nombre todo el rato. Vamos que en dos minutos que lleves en la playa ya te has aprendido el nombre del nene porque lo ha dicho 20 veces.

También pueden ir en familia entera, es decir, papá plasta con mamá plasta e hijos o distintas combinaciones de papá plasta con mamá “normal” e hijos o viceversa.

P.D.: Espero que cuando mi hijo crezca no nos convirtamos en unos papá/mamá plastas.

Jubilados que pasan el día en la playa:

Los conocerás porque llevan mínimo dos sobrillas o un toldo y debajo hay toda clase de mobiliario. Parece que estén en el salón de su casa. Llevan mesa, sillas, nevera y todo lo necesario. Se traen el dominó, las cartas, el parchís y cualquier juego de mesa que se les ocurra.

No falta el termo con el café y llevan hasta cubitos y vasos de tuvo para tomarse un chupito o un cubata después.

Normalmente van en grupos de varias parejas (mínimo dos parejas) y las mujeres toman el sol mientras los hombres están a la sombra jugando y bebiendo.

Grupos de amigos escandalosos:

A mi me gusta ir a la playa a relajarme pero si tienes unos de estos cerca ni eso puedes. Son unos escandalosos que se pasan el rato contando a gritos sus hazañas sexuales, sus borracheras y demás actividades lúdicas nocturnas y de fin de semana.

Además suelen llevar música y no paran quietos en el sitio salpicándote de arena cada vez que se mueven.

Parejas empalagosas:

¡Qué bonito es el amor! Sí, es muy bonito, pero empalaga tener al lado a una de esas parejas que se pasan el rato uno encima de otro. Además si se dedican a darse besos sonoros (sí, esos besos que suenan como cuando mi bebé está dando chupetones al biberón o al chupete. Para los que no tengáis hijos, es rollo Maggie Simpson con su chupete)

¡Vivan las palas! (Y las pelotas):

Su mayor entretenimiento es pasarse todo el tiempo jugando a las palas, al fútbol o a cualquier cosa que implique tirar o recoger una pelota en la arena.

Estaría muy bien si no lo hicieran en el sitio donde más molestan a la gente.

Para jugar a las palas eligen la orilla justo en el sitio por el que todo el mundo ha de pasar para entrar o salir del agua. Cada vez que quieres bañarte andas esquivando para que no te den con la raqueta y te quedes sin dientes.

También les gusta jugar al fútbol en la orilla (igual que con las palas) o lo que es peor, en medio de la gente. Se pasan el rato yendo a buscar la pelota saltando por encima de las toallas y las cabezas de los que están tomando el sol.

Los Solitarios observadores:

Van solos, llevan una bolsa de plástico o la toalla en la mano. Algunos no llevan ni toalla. Se pasean a lo largo de la playa y se sientan donde les apetece a observar a los bañistas. Se cambian de sitio cada poco rato para no perder detalle.

Los exhibicionistas de gimnasio:

Estos van al gimnasio todo el año con el único objetivo de exhibir su cuerpo en verano en la playa. En vez de estar en la toalla sentados o tumbados como todo el mundo lo que hacen es estar de pie para que la gente los vea y además poniendo poses. Nosotros los llamamos también “inflaos de playa”.

Los tostaditos:

Son gente que va a la playa a diario y está de color marrón oscuro. Normalmente son hombres de cierta edad, aunque también hay mujeres. Están tan tostados que parece que su piel se vaya a resquebrajar de tan seca y tostada.

Seguro que me dejo alguno, pero bastante larga es ya la entrada. Como siempre, se admiten sugerencias.


La imagen es de img167.imageshack.us

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