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miércoles, 27 de febrero de 2008

Ahorra agua

Como por desgracia estamos otra vez con sequía en prácticamente todo el país y ya estamos otra vez hablando de cosechas perdidas y de problemas de abastecimiento, nos bombardean a diario con mensajes para que entre todos tratemos de ahorrar un poco de agua.

Eso está muy bien, cada uno podemos aportar nuestro granito de arena o en este caso nuestra gotita de agua ahorrada al conjunto de la poca agua que hay en reserva en España.

Pero hay un problema que persiste desde hace años y que hace que lo poco que hacemos cada uno en nuestra casa por ahorrar no sirva de mucho.

La red de aguas de este país está bastante deteriorada y esto hace que haya muchas fugas por las que se pierden litros y litros de agua. Muchas veces me pregunto de qué sirve que nosotros intentemos ahorra si luego el agua se pierde por el camino en las fugas existentes en las canalizaciones.

Hoy me he acordado porque he leído una noticia al respecto: Una cañería en Badalona pierde 432.000 litros de agua potable al día por una fuga

Tanto hablar de trasvases, de gastar el dinero en obras faraónicas y no se preocupan lo más mínimo de mantener las canalizaciones existentes. Deberían invertir en la conservación y reparación de la red de aguas para así poder ahorrar miles y miles de litros de agua que se están perdiendo cada día debido al mal estado de la red.

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martes, 26 de febrero de 2008

No voy a hablar del debate

Ya se que es el tema del día, el tema de la semana, EL TEMA, pero yo no tengo ganas de hablar de política. Además, qué voy a decir yo que no se esté diciendo ya en todos los medios. Todo el mundo habla hoy del debate.

En primer lugar voy a seguir con el tema que nos ocupa estos días: los frikis eurivisivos. Ahora parece ser que los organizadores de la votación por internet van a hacer una revisión de los votos (las votaciones ya se han cerrado) y publicarán los resultados definitivos hoy a las doce. Todo pinta que los frikis van a quedar fuera tras la revisión, aunque hasta dentro de una hora no lo sabremos.

Acabo de entrar en la web donde están los más votados y “El Gato” ha desaparecido. Sin embargo Chiquilicuatre ahí sigue. Ya veremos el resultado final.

Hoy va a ser una entrada extraña porque voy a mezclar varios temas. Ahora quiero contaros una noticia que acabo de leer sobre una gelatina que podría proteger a las mujeres antes el contagio del virus del SIDA.

Por lo que pone en la noticia no me queda muy claro cómo ha de aplicarse dicha gelatina, ni porqué pensaban que podía causar daños en riñones u otros órganos, pero si hay una esperanza de tener un nuevo medio para evitar más contagios siempre es una buena noticia.

Otra noticia de índole distinta. Unos arqueólogos han descubierto en Irán los restos de la ciudad de Lidoma , un importante centro de gobierno de la Dinastía persa Aqueménida, del siglo VI antes de Cristo.

Me encantan los hallazgos arqueológicos. Siempre he pensado que me hubiera gustado ser arqueóloga.

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lunes, 25 de febrero de 2008

El Chiki-Chiki ya no irá a Eurovisión

Parece ser que la lista de más votados para el Festival de Eurovisión ha sufrido un vuelco en las primeras posiciones con la entrada de Antonio Gonzalez “El Gato” en primera posición, relegando al favorito al segundo puesto.

Juzgad por vosotros mismos, yo he escuchado la canción y me reservo la opinión porque no me gusta ser malhablada ni decir cosas malsonantes.

Por cierto, os mando un gorgorito del peque que está en mis brazos mientras escribo. Parece que hasta mira la pantalla, jeje.

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jueves, 21 de febrero de 2008

Intentamos volver a la normalidad




Espero me perdonéis por estar tantos días sin escribir una nueva entrada. Hoy voy a intentar hacerlo ahora mientras mi hijo está dormido y tengo un ratito de tranquilidad.

Estos días se puede decir que he estado algo desconectada del mundo. He visto las noticias en la tele, pero ni he hecho mis rondas por la blogosfera, ni he leido la prensa por internet, ni he participado en foros, vamos que no he hecho nada de todo eso que solía hacer y que me hacía estar más al tanto de lo que pasa en el mundo.

Ayer intenté poder hacer cosas normales que hacía antes, como salir a comprar al supermercado o ir a un centro comercial. Me quedé muy contenta cuando volvimos a casa de pensar que después de unos veinte días por fin había hecho un día cosas que solía hacer antes. Me volví a sentir como una persona normal por un momento.

En cuanto llegamos a casa volví a la realidad, a dar la teta y a oír llorar al peque sin poder consolarle con nada.

Durante el paseo se portó muy bien, le gusta ir en coche y en el cochecito, así que aunque salió de casa llorando, en poco rato se calmó y se durmió y así estuvo hasta que volvimos.

Bueno, dentro de mi plan para volver a la normalidad, voy a contaros algo curioso que oí ayer en la tele y que hoy he leído en Internet.

Se trata de la canción del “Chiki chiki” que va en cabeza en la votaciones para elegir la canción que va a representar a TVE en el próximo festival de Eurovisión. Por si no la habéis oído o no sabéis de qué va os lo cuento. Es un colaborador del programa de Buenafuente que se apoda Rodolfo chiquilicuatre y que ha presentado una canción a la votación virtual organizada por TVE en MySpace con la intención de “salvar el festival”.

Los fans de Eurovisión han puesto el grito en el cielo ante la posibilidad de que el “Chiki chiki” sea la canción elegida.

¿Vosotros que opináis? La verdad es que a mi me parece que se merecen que vaya a Eurovisión Chiquilicuatre (“El gilipollas” para los amigos, jeje. Es el personaje que hacía antes este actor, para mi siempre será “el gilipollas”) como castigo a los bodrios que envían siempre.

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lunes, 11 de febrero de 2008

Soy madre, aún no me lo creo

Me parece mentira haberlo conseguido y que mi pequeño esté aquí conmigo. Es increíble tenerle aquí, mirarle, cogerle en brazos, poder acariciarle, hablarle y cantarle.

Mientras estuve en el hospital, sobre todo los primeros días tenía una frustración muy grande. Todo el mundo (bueno, más todo el mundo se limitaba en ese momento a mi madre, mi marido y las enfermeras) podía coger en brazos a mi hijo y acariciarle y hacerle mimos menos yo.

Me encontraba en la cama, sin a penas poder levantarme o moverme con facilidad. No podía ni coger a mi hijo en brazos. Sólo tenía contacto con él cuando le amamantaba tumbada en la cama o cuando me ponían la cunita al lado de la cama que intentaba alcanzarlo y acariciarle con una mano.

Uno de los días estaba sola en la habitación y me tuve que levantar para que me hicieran la cama. Me dejaron sentada en el sofá y luego no sabía cómo hacer para volver a tumbarme. Me dejaron ahí sentada y no se preocuparon de si podía yo volver a echarme sola.

De pronto mi hijo se echó a llorar, la cuna estaba a cierta distancia. Me levanté sin pensarlo, me acerqué la cuna y consolé al peque. No sé cómo lo hice, la distancia del sofá a la cama era de un paso y no me veía capaz de darlo. Sin embargo la distancia a la cuna que era más grande la recorrí sin esfuerzo e incluso me traje la cuna rodando hasta la cama y me pude meter dentro de nuevo sin perder de vista la cunita y a mi hijo.

En esos pocos momentos que me quedé sola fue cuando me tuve que espabilar y aunque no pudiera mucho, apañarme yo con el bebé. En uno de esos momentos fue cuando por primera vez pude cogerle en brazos y disfrutar un poco dándole cariño.

Fue maravilloso poder disfrutar así con él esos primeros momentos de cariño entre los dos.

Desde que estoy en casa es diferente, me encuentro mucho mejor y puedo cogerlo en brazos, besarlo, acariciarlo y jugar con él. Es maravilloso.

Aún no me lo creo, pero tengo que ir haciéndome a la idea poco a poco, no es un sueño, es real y mi bebé está conmigo en casa.

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miércoles, 6 de febrero de 2008

Primeros días con mi bebé

Sigo más o menos donde lo dejé ayer. Las primeras horas con mi hijo fueron emocionantes. Pensaba que en cuanto me desapareciera la anestesia iba a tener muchos dolores y no iba a poder disfrutar nada, pero no fue así.

El resto del día de la cesárea no podía salir de la cama y llevaba suero porque no podía comer ni beber. Pero igualmente me pusieron a mi hijo al lado de la cama y lo contemplaba todo el rato.

En el hospital donde nació mi bebé te lo dejan en la habitación todo el tiempo y tienes que cambiar los pañales. Yo tenía a mi madre y a mi marido que lo hacían. Del resto se ocupan las enfermeras: lo lavan, le curan el ombligo, lo visten, etc. Nosotros sólo contemplarlo y cambiar pañales.

Se que en muchos sitios los bebés están en el nido y sólo los llevan con los padres para las tomas, aquí no es así, los tienes contigo todo el tiempo.

Las enfermeras fueron muy amables, me enseñaron a poner el bebé al pecho (tarea complicada y que me está resultando muy dura), si el niño lloraba mucho se lo llevaban para calmarlo y que pudiéramos descansar, estaban pendientes en todo momento y además eran encantadoras.

Mi marido fue una joya (y lo sigue siendo) Hoy he cambiado el primer pañal, no os digo más. Todos los ha cambiado él. Está todo el rato mirando al bebé embelesado. Yo disfruto de verle así.

Mi madre también me ha ayudado mucho, se ha ido turnando con mi marido para estar conmigo.

Al día siguiente de la cesárea ya me dejaron levantar de la cama. Pensé que los puntos me iban tirar mucho, pero no fue así. Sin embargo tenía un dolor horrible en la espalda y las costillas en el lado derecho.

Ese dolor todavía persiste. La herida no me duele, puedo decir que no me ha dolido nada o casi nada, mi problema es con la espalda.

En cuanto empecé a levantarme de la cama y a comer una dieta flojita me empecé a encontrar cada vez mejor y ya vi que lo de la cesárea no era tan malo. También ayudaba el nolotil que me iban dando cada poco rato.

Al segundo día después de la cesárea ya me quitaron las vendas y me vi la herida. Tenía una fila de grapas muy bien puestas y muy limpitas. Nada de sangre, ni supuraba ni nada. Sólo una fila de grapas y todo limpio como si estuvieran ahí superpuestas y no hubiera herida.

Al tercer día pasó un médico por la mañana y me dijo que si quería y el pediatra lo permitía me podía ir a mi casa esa misma tarde. Me podía quedar un día más porque en teoría son cuatro días y tenía derecho, pero si me quería ir ya pues podía.
Total que lo pensamos y decidimos que sí que nos queríamos ir ya.

Pasó la pediatra y revisó a mi hijo. Todo perfecto. Pasó otra ginecóloga y me revisó a mi. Me dio el alta para que por la tarde nos pudiéramos ir a casa.

A las seis de la tarde salíamos del hospital y en pocos minutos me vi en mi casa, todos juntos y tranquilos en casa, qué maravilla.

En casa un día antes de lo previsto, el viernes me quitan las grapas y la semana que viene tengo que llevar al niño al pediatra.

Hoy espero animarme y salir un poco de casa. Se me caen las paredes encima. Ayer no me atreví a salir, además tengo bastante dolor de espalda todavía y pasé un día regular. Mi marido ya sacó al bebé de paseo, no se pudo aguantar las ganas.

Lo peor ha sido la noche porque mi niño ha llorado mucho y yo tenía mucho dolor y no me podía casi mover.

Hoy me encuentro mejor y mi niño está dormido. Ahora he tenido un rato para estar tranquila, para escribir en el blog y para descansar.

Mi madre me ayuda con la casa y mi marido hace el papeleo y cambia al niño. Yo como una reina, sólo a dar el pecho y a quejarme de mis dolores.

Bueno, otra vez me he enrollado bastante. Continuará…

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martes, 5 de febrero de 2008

Ya estamos en casa

Aprovechando que mi hijo está dormidito y que tengo tiempo, os voy a contar cómo fue el parto y los días siguientes.

El día 31 ingresé en el hospital a las cinco de la tarde. Me tuvieron en ayunas desde las doce de la noche. No podía ni beber agua.

No me dijeron la hora de la cesárea, podía ser en cualquier momento entre las siete y media y la una de la tarde.

Esa noche no dormí casi nada, sólo un par de horitas. Se me hizo eterna la espera. Al final, sobre las diez de la mañana vino un camillero a buscarme para ir al quirófano.

Me bajaron a una sala donde me tuvieron mucho rato en una camilla. Me pusieron una vía y empezaron a ponerme suero. Hasta las doce menos cuarto no vinieron a llevarme de verdad al quirófano. Se la hora porque había un reloj en la pared.

Me pincharon la anestesia, en la espalda, era algo similar a la epidural pero tenía otro nombre. La anestesista me explicaba todo. Me pusieron unos cables en el pecho para controlar mi corazón, un aparato para mirar la tensión en un brazo y en el otro llevaba el gotero. Ahí me dejaron como un crucificado, con los dos brazos extendidos.

El pinchazo dolió muchísimo, pero fue lo único. Después se me durmieron las piernas y estaba como flotando. Me quitaron las gafas y me pusieron una tela que tapaba a modo de cortina en el pecho para que no viera lo que me hacían.

En media hora me avisaron de que iba a notar una presión muy fuerte porque iban a sacar al niño. La presión fue en el pecho. Tan tan fuerte me apretaban que no podía respirar, tenía que coger aire cuando dejaban de apretar para no ahogarme. Al final después de unos interminables minutos de presión agobiante en mi pecho, salió mi hijo. Me lo enseñaron por detrás de la cortina, no lo vi bien porque no llevaba las gafas. Era grande y estaba de color como grisáceo. Le oí llorar enseguida, la comadrona me dijo que me lo traía ahora mismo, que lo iba a lavar.

Me pusieron las gafas y me dejaron a mi hijo sobre mi pecho. Su carita era rosada y abrió los ojos, aunque los tenía como hinchados. Su cuerpecito me pareció gris. Intenté cogerlo y abrazarlo, pero en el intento se me salió la vía de la mano y tuvieron que correr las enfermeras a ponérmela y me quitaron al niño. Ya se lo llevaron a enseñarlo al padre y a subirlo a la habitación.

Me quedé como aturdida y un poco desesperada de haberle visto tan poquito. Me empecé a encontrar mal y marearme. Se lo dije a la anestesista, tenía ganas de vomitar. Fue de los nervios de ver cómo se lo llevaban sin casi poder abrazarlo.

Me dijo que no había razón para encontrarme mal, que todas mis constantes estaban perfectas. Me puso una bolsa por se vomitaba. Entonces me dijo que sería que estaba muy nerviosa, si quería un tranquilizante. Le contesté que si me lo podía poner, que me lo pusiera. El efecto fue inmediato, empecé a encontrarme bien y ya no tenía ganas de vomitar.

Tardaron bastante en terminar, me tenían que coser. Al final noté como me ponían unos esparadrapos anchos a modo de venda en la barriga, muy apretados y ya vi que habían terminado.

Me sacaron y me dejaron en una salita, en la misma que había estado antes de entrar, hasta que se me fueron despertando las piernas. Me dieron una manta porque tenía mucho frío.

Después de más de media hora me subieron a la habitación. Mi madre y mi marido ya me vieron venir por el pasillo y salieron a darme besos. Mi hijo estaba en la habitación, era precioso.

Nació a las 12 y 16 minutos del 1 de Febrero, pesando 3.990 gramos y midiendo 52 cm. Todo un campeón.

Mañana haré otra entrega con los momentos siguientes al parto y la recuperación, que si no me enrollo mucho ¿vale?

Los dos estamos perfectamente y nos han dado el alta un día antes de lo previsto.

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