Una verbena tranquila
Es curioso leer en los medios calificar de “tranquila” la verbena de San Juan y después leer el detalle de heridos, amputados y demás desgracias debidas al fuego y los petardos.
Una verbena tranquila fue la que pasé yo, que estuve en mi casa mientras mi niño ya dormía, cenando tranquilamente y descansando.
No me gustan los petardos, es más, me dan mucho miedo. No entiendo este tipo de tradiciones. La gente las defiende a capa y espada, que no les quiten sus petardos, que es una cosa muy grande.
Me he puesto a leer la cantidad de heridos que ha habido y un año más no veo más que desgracias. Sólo en Cataluña ha habido doce heridos con quemaduras graves. En los hospitales han ingresado 22 mayores de edad y ¡66 menores!
Los bomberos son los que más trabajan, esta noche los bomberos de la Generalitat han hecho 1000 salidas.
Además de los heridos y los incendios y demás, queda la cantidad enorme de basura que hay que recoger al día siguiente. Por la noche son los bomberos y servicios de emergencia los que más trabajan, pero por el día son los servicios de limpieza los que más tienen que hacer.
Queda toda la calle llena de basura, y las playas hechas un asco, llenas de todo lo que han dejado atrás los que han ido a “divertirse” la noche anterior.
Los Mossos d’Esquadra han de acompañar a los que limpian las playas por la mañana para echar a los que aún quedan por ahí alargando la fiesta o durmiendo la mona.
¿De verdad es necesario esto para divertirse?
Para mí lo único bueno es la costumbre de comer coca. Si es que soy una golosa…
La imagen es de dianaguill.files.wordpress.com
Etiquetas: Actualidad, Cataluña
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