Redescubriendo las bibliotecas
Hacía mucho tiempo, desde que era niña, que no disfrutaba de una biblioteca pública. Recuerdo que en mi escuela había una biblioteca pequeña y que me encantaba pasar tiempo allí viendo libros y leyendo. Siempre me han gustado mucho los libros.
Tras la etapa en el colegio, ya no volví más a pisar una biblioteca hasta que llegué a la Universidad.
En mi pueblo hay una biblioteca, pero está muy lejos de mi casa, por lo que no he ido ni una sola vez. Es por eso que no tuve costumbre de usar una biblioteca, excepto en la universidad, pero lo hacía para estudiar, no para disfrutar de la lectura.
Hace poco tiempo, unos meses, que han abierto una biblioteca en mi barrio. Está tan cerca de mi casa que es una maravilla poder acercarse un momento por la tarde y elegir lo que te apetece leer, ver o escuchar. A simple vista parece que no hay muchos libros, pero si te pasas un rato mirando puedes descubrir un maravilloso mundo de lectura esperándote.
Ayer devolví “A cien millas de Mahattan” de Guillermo Fesser. Lo he leído en menos de los 21 días que puedes tener un libro en tu casa en préstamo. Me ha gustado mucho, otro día os hablaré de él.
También hemos ido cogiendo CD’s, algún DVD y, ahora me he llevado a casa un libro de arquitectura. De esos que me encantan porque llevan fotos preciosas de edificios increíbles de todo el mundo. Estoy enfrascada leyendo sobre arquitectura antigua, los templos hindúes, las catedrales europeas, etc.
La biblioteca me parece un sitio fascinante. Hay una planta entera para los niños. Mi peque ayer disfrutó mucho sentándose en una silla de su tamaño y viendo un libro que tenía una carita sonriente en la última página y un agujero en todas las demás para que se viera la cara con distintos entornos. Luego lloró porque no quería irse. ¡Siempre dando la nota!
Os recomiendo a todos la experiencia de una buena biblioteca pública, sobre todo en verano que además se está fresquito.
La foto es de la biblioteca nacional de Madrid
3 Comments:
Recuerdo cuando con 15 años y recién llegado a una nueva ciudad (cosas del trabajo de los padres), mi refugio de verano mientras no conocía a nadie era irme todos los días a la biblioteca a leer.
Me zampé toda la bibliografía de Agathe Christie y algún otro por ahí.
Desde que me vine a Málaga no he vuelto a pisar una. Y si me pongo a pensar, ni siquiera sé donde está la más cercana a mi casa.
Y pensando más, siendo aún más pequeño, leí toda la colección de Tintín que tenían en la biblioteca municipal de donde vivía por entonces.
¡Hola izk!
En la biblioteca de mi colegio estaba la colección de Tintín, pero no sé porqué nunca me gustó.
Prefería Asterix, jejeje
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