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martes, 6 de noviembre de 2012

Halloween en Port Aventura







Este puente hemos pasado tres días y dos noches en Port Aventura. Nos hemos alojado en el hotel Gold River.

Todo genial, el único inconveniente que había mucha gente, y por tanto, muchas colas.

Nunca habíamos estado alojados dentro del parque. Es una buena opción: acceso directo desde el hotel al Far West, poder ir a por cosas para los niños a la habitación y no tener que cargar todo el día con todo, poder descansar un rato si te apetecía en cualquier momento... y lo mejor, cuando acaba el día y el niño esta agotado ( y los papás también) no tener que coger el coche para volver, simplemente al hotel y a dormir.

El hotel es bonito y la habitación era muy acogedora. En la nuestra había dos camas de matrimonio. Nos vino bien porque al final tuvimos que dormir cada uno con un niño. Había cuna, pero el peque extrañaba la suya, así que no la usamos. No puedo decir mucho del hotel porque solo íbamos a dormir y a desayunar. El buffet del desayuno estaba bien, como en cualquier hotel de 4 estrellas. 



Lo peor del hotel la cola del "check in", casi una hora de cola para tener los pases y la habitación. Una tortura. 



Ya he escrito otras veces entradas sobre Port Aventura, así que intentaré dar otra visión para no repetirme.



Esta vez al estar varios días íbamos mas relajados y reparé en otras cosas en las que normalmente no te fijas tanto. Mas que en los espectáculos y las atracciones, que ya conocía, me fijé en las personas. Sí, en esos trabajadores que te ponen en marcha la atracción, te sirven la comida, o simplemente te indican el camino con una sonrisa.



Estuvimos hablando con varias empleadas, todas muy amables y simpáticas. La mayor parte eran mujeres, mayores de 50 años y llevaban años trabajando en el parque. No es que hiciera un sondeo, pero es lo que deduje. A algunas de ellas las reconocí de otras visitas de años anteriores.



Nos atendieron fenomenal. En uno de los sitios de comida rápida, incluso nos trajeron las bebidas a la mesa al ver que íbamos con la silla del bebé, los niños y los bocadillos y no podíamos. En principio nos las guardó en el mostrador, pero cuando volví a por ellas ya venía ella con las bebidas en la mano a traernoslas.



El trato en general era así, amabilidad y simpatía. Me parece que con el parque lleno, colas y mucho trabajo, tiene mérito conseguir dar ese buen trato a la gente. Creo que es un valor añadido que tiene: el buen trato del personal.



El parque da empleo a mucha gente. Además de los que vemos, a los que no se ven. Hace falta mucha gente para mantener los jardines impecables, los paseos limpios, las atracciones seguras y en perfectas condiciones.



Desde aquí quiero dar las gracias a toda esa gente que nos ayuda a pasarlo bien en nuestra estancia en el parque. Sin ellos no seria lo mismo.



En cuanto a atracciones, este año la novedad era la nueva montaña rusa Shambhala, que ha desplazado en popularidad al Dragón khan. Había colas de mas de dos horas para subir a probarla. Nosotros no subimos: yo no puedo y mi marido no se decidió.



Estaba todo decorado de Halloween. Me gustó como estaba la decoración más que otras veces. Habían usado mas calabazas y hojas secas de maíz y menos esqueletos. Hace unos años estaba todo de esqueletos de colores y me resultó excesivamente recargado. Esta vez estaba más chulo, aunque sin dejar de ser algo recargado. 



Suerte que mi hijo no tiene miedo a los esqueletos y demás siempre que no se le acerquen demasiado. Se lo pasó bien, sobre todo en los toboganes de "Sésamo Aventura"



Volveremos en cuanto la economía nos lo permita. Es una buena opción para pasar un fin de semana diferente.








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