carlaventuras

La entrada de hoy va a ser de esas en las que demuestro cuánto se me cae la baba con mi hijo. Así que espero que no os parezca pesada, pero ya sabéis que aquí escribo según lo que me surge o me apetece cada día. Hoy esto es lo que me apetece.

Con mi hijo paso días de todo tipo, a veces me agobio mucho y lo paso mal y otras veces estoy tonta con cada cosa que hace y me lo comería a besos todo el tiempo. Esta semana es de esas de comerle a besos. Estoy insoportable con mi niño que es un sol.

Desde que cumplió un año hemos empezado a cambiarle la alimentación poco a poco para que empiece a comer como los mayores. Este proceso me lo planteé como algo que podía ser difícil y me había concienciado para sufrir un poco. Mi sorpresa ha sido que está siendo muy fácil y estamos disfrutando muchísimo viéndole comer cosas nuevas.

Ya os he dicho alguna vez que mi hijo es un tragoncete, pero no imaginaba que al pasar de las papillas a los trocitos y a comer muchas cosas nuevas la cosa iba a seguir igual.

Empezamos el día de su cumpleaños que nos hizo gracia como nos miraba comer la paella y le dimos a probar. Tuvimos que ponerle paella en un plato porque no se conformó sólo con probarla.

Después, el fin de semana siguiente, como ya habíamos estado en el pediatra y nos había dicho lo que podía comer, ya empezamos en serio a sustituir sus verduras en puré por otras cosas.

El sábado hicimos cuscús con cordero y verduras. Como la sémola es algo que no hay que masticar mucho, nos pareció bien para que empezara a probar otras comidas. Lo probó y le encantó. Era la primera vez que comía cordero, pero le dio igual, él a comer y comer, ñam, ñam.
También hemos empezado a sustituirle las cenas de papilla de cereales por verduras con pescado, huevo, pollo, etc. Los cereales ahora los toma para desayunar.

Esta semana ha comido sopa de sémola y jamón york, verduras con pescado, etc. Ayer le di espinacas con patatas así chafaditas con el tenedor y un poco de pescado a trocitos pequeños.

¡Daba gusto verle comer! ¡Se lo comió todo! Es que es increíble verle las caras que pone. Todo lo que le das le gusta y se le ve disfrutar con cada cucharada. Cuando viene algún trocito un poco grande para él, como no tiene muelas, trata de masticarlo y pone unas caras muy divertidas. ¡¡Más monooooo!!

Me encanta darle a probar cosas nuevas y verle disfrutar comiendo.

Es una suerte que mi hijo sea así, la verdad. Mi madre la pobre lo pasó fatal conmigo porque no comía de nada. Sin embargo mi niño en eso no se ha parecido a mí (por suerte) ni tampoco a su padre…

Ya os iré contando cómo van los progresos, pero creo que lo de la comida ya va por muy buen camino.

La imagen es de bebesymas.com